Conversación de Eleonora Meneghetti con Giovanni Caridi
EM: Giovanni, tu y yo hemos conocido a Primrose más o menos en los mismos años. Tú en 1984, yo en 1986, cuando recién casada me establecí en Guatemala. Sin embargo, por unos 10 años mi relación con ella fue bastante superficial, en cambio en tu caso ella te involucró desde el inicio en lo que fu su proyecto, antes como Directora de cursos y después como Presidente: darles alas a la Societá Dante Alighieri, asumiendo la responsabilidad de los cursos de italiano, cuando el Instituto Italiano se retiró provisionalmente del país en 1982. ¿Cómo fueron tus primeras experiencias en el aprendizaje del italiano con la enseñanza de Primrose?
GC: Yo tuve el honor y la fortuna de haber tomado la decisión de seguir estudiando italiano después de haber participado como alumno del entonces cerrado Instituto Italiano de Cultura. Pienso que mi decisión fue afortunada tanto para mi vida personal como cultural. La señora Barone “me puso el ojo” (hablando en buen chapín) como un posible colaborador en su ardua labor, por cierto emocionante y contagiosa, de echar a andar los cursos de italiano.
Mi experiencia fue muy agradable tanto en el aspecto cultural como en conocer más la lengua de Dante. Mi oído estaba acostumbrado a escuchar continuamente el idioma de la voz de mi padre, que era calabrés, pero al mismo tiempo me confundía entre el idioma oficial de la península y el dialecto de Castrovillari. Por consiguiente, fue de gran provecho poder escuchar y tratar de aprender al máximo la lengua italiana de voz de una distinguida dama florentina.
EM: La Societá Dante Alighieri, cuando empezó la Presidencia de Primrose, tenía ya 20 años de presencia cultural en el País con figuras eminentes de Presidentes y de socios, sin embargo Primrose logró dejar huellas en el corazón de estudiantes y socios con su personalidad exuberante, entusiasta y propositiva. A mí, que fundamentalmente soy tímida y retraída, su vitalidad, la pasión que metía en todo lo que hacía, su determinación y autoridad, me provocaban admiración y, podría decir hasta cierta envidia.
¿Cómo fue tu relación personal con ella a lo largo de los años?
GC: Primero quiero decir que considero que la Dante, desde su fundación en el 1960, ha sido, es y continuará siendo una asociación en la que cada uno de sus participantes ha dejado parte de su vida, alma y corazón. Primrose marcó la diferencia, ya que dedicó por muchos años gran parte de su tiempo a la asociación de una forma vivamente activa, hasta cuando por razones de familia tuvo que abandonar tanto su acción educativa y cultural como su segunda patria Guatemala, para regresar a Italia. Mi relación con ella fue una experiencia fuera de serie ya que continuó formándome en la vida para ser y continuar sintiéndome come un italiano verdadero, sólo que nacido fuera de Italia.
EM: ¿Cómo se fue desarrollando la vida de la Dante bajo la Presidencia de Primrose, desde 1986 hasta 2004? Tú conoces y recuerdas muchos momentos significativos, muchas actividades y logros de la Asociación en aquellos años. Primrose confiaba mucho en tus consejos, en tu experiencia, en tu colaboración y capacidad de organización. Estuviste en todos los puestos de Junta Directiva hasta la Vicepresidencia en los años 2003-2005, cuando Primrose dejó Guatemala para regresar a Italia y empezó tu periodo de Presidencia hasta 2019.
Según tu valoración ¿cuáles fueron los principales objetivos de Primrose en su labor de Presidente?
GC: Como tú dices, cada momento y cada iniciativa fueron significativos. Ella acercó e incluso hizo sentirse italianos a guatemaltecos y extranjeros que vinieron a vivir en Guatemala. No regateó esfuerzos para que Italia pudiera lucir en Guatemala sus mejores galas en las fiestas nacionales, en los eventos culturales, en su misma casa, siempre abierta para reuniones de Junta, enseñantes, socios y amigos. Promovió a los artistas guatemaltecos del bel canto y de la pintura que todavía la recuerdan con gratitud. Fue cofundadora de la Asociación de Entidades Binacionales en Guatemala. Su larga Presidencia habla por sí misma del consenso que supo crear a su alrededor y de las respuestas positivas que tuvieron las iniciativas de las Juntas Directivas presididas por ella.
El principal objetivo de Primrose fue sin duda llenar el vacío de cultura e idioma italiano dejado por el cierre del Instituto Italiano en Guatemala, que atravesaba los tiempos difíciles de la guerra interna y de la incipiente democracia.
No fue un caso si recibió múltiples reconocimientos de la Sede Central de la Societá Dante Alighieri, del Gobierno italiano y del propio Gobierno de Guatemala, que le otorgó en 1999 la Medalla de la Paz.
A nivel personal, mi labor en la colaboración que pude prestar de corazón y por contagio de emociones (como una pandemia de amor a la cultura, a la Patria y al tricolor) en los diversos cargos y después como presidente, no ha tenido comparación con la de ella, aunque haya sido exitosa gracias a las Juntas Directivas y a tu acompañamiento en la parte académica.
EM: En efecto, Giovanni, yo pienso que, más allá de todo el dinamismo en las actividades culturales, el logro más importante de Primrose haya sido transmitir el amor para Italia y para el estilo de vida italiano, a través de una enseñanza del italiano inspiradora, exigente, con confianza en los estudiantes. Formó el primer núcleo de enseñantes de la Dante a partir de las mejores alumnas, y algunas de ellas siguen todavía hoy en el equipo docente de la Asociación, recordándola con gratitud y mucho cariño. Y todo eso lo hizo con dedicación y entrega desinteresada, rasgo este último que ha permanecido como ejemplo en la vida de la Dante.
¿Finalmente, cuál piensas que sea el legado más significativo dejado por Primrose en sus muchos años de presencia activa y de promoción de la cultura italiana en el país?
GC: Entre tantos logros, pienso que la herencia de Primrose sea su ejemplo de vida, que invita a seguir sus pasos y su visión, con el acercamiento a figuras significativas de la cultura guatemalteca y binacional, a personalidades del periodismo y de la promoción cultural, al incontable número de artistas y sin olvidar el área del buen vivir con su insuperable cocina italiana.
Su activismo, su entusiasmo, su generosidad, su carácter fuerte y a la vez dulce y sensible siguen siendo un ejemplo del clásico y original “essere italiano”.
Podemos entonces concluir nuestra conversación diciendo que la Societá Dante Alighieri ha seguido creciendo a lo largo de los años con el compromiso de muchos italianos y guatemaltecos que se han identificado con sus fines y contribuido con su propio estilo, pero la senda y la huella de Primrose están todavía vivas e imborrables, dentro y fuera de la Dante.
Conversación de Eleonora Meneghetti con Giovanni Caridi
EM: Giovanni, tu y yo hemos conocido a Primrose más o menos en los mismos años. Tú en 1984, yo en 1986, cuando recién casada me establecí en Guatemala. Sin embargo, por unos 10 años mi relación con ella fue bastante superficial, en cambio en tu caso ella te involucró desde el inicio en lo que fu su proyecto, antes como Directora de cursos y después como Presidente: darles alas a la Societá Dante Alighieri, asumiendo la responsabilidad de los cursos de italiano, cuando el Instituto Italiano se retiró provisionalmente del país en 1982. ¿Cómo fueron tus primeras experiencias en el aprendizaje del italiano con la enseñanza de Primrose?
GC: Yo tuve el honor y la fortuna de haber tomado la decisión de seguir estudiando italiano después de haber participado como alumno del entonces cerrado Instituto Italiano de Cultura. Pienso que mi decisión fue afortunada tanto para mi vida personal como cultural. La señora Barone “me puso el ojo” (hablando en buen chapín) como un posible colaborador en su ardua labor, por cierto emocionante y contagiosa, de echar a andar los cursos de italiano.
Mi experiencia fue muy agradable tanto en el aspecto cultural como en conocer más la lengua de Dante. Mi oído estaba acostumbrado a escuchar continuamente el idioma de la voz de mi padre, que era calabrés, pero al mismo tiempo me confundía entre el idioma oficial de la península y el dialecto de Castrovillari. Por consiguiente, fue de gran provecho poder escuchar y tratar de aprender al máximo la lengua italiana de voz de una distinguida dama florentina.
EM: La Societá Dante Alighieri, cuando empezó la Presidencia de Primrose, tenía ya 20 años de presencia cultural en el País con figuras eminentes de Presidentes y de socios, sin embargo Primrose logró dejar huellas en el corazón de estudiantes y socios con su personalidad exuberante, entusiasta y propositiva. A mí, que fundamentalmente soy tímida y retraída, su vitalidad, la pasión que metía en todo lo que hacía, su determinación y autoridad, me provocaban admiración y, podría decir hasta cierta envidia.
¿Cómo fue tu relación personal con ella a lo largo de los años?
GC: Primero quiero decir que considero que la Dante, desde su fundación en el 1960, ha sido, es y continuará siendo una asociación en la que cada uno de sus participantes ha dejado parte de su vida, alma y corazón. Primrose marcó la diferencia, ya que dedicó por muchos años gran parte de su tiempo a la asociación de una forma vivamente activa, hasta cuando por razones de familia tuvo que abandonar tanto su acción educativa y cultural como su segunda patria Guatemala, para regresar a Italia. Mi relación con ella fue una experiencia fuera de serie ya que continuó formándome en la vida para ser y continuar sintiéndome come un italiano verdadero, sólo que nacido fuera de Italia.
EM: ¿Cómo se fue desarrollando la vida de la Dante bajo la Presidencia de Primrose, desde 1986 hasta 2004? Tú conoces y recuerdas muchos momentos significativos, muchas actividades y logros de la Asociación en aquellos años. Primrose confiaba mucho en tus consejos, en tu experiencia, en tu colaboración y capacidad de organización. Estuviste en todos los puestos de Junta Directiva hasta la Vicepresidencia en los años 2003-2005, cuando Primrose dejó Guatemala para regresar a Italia y empezó tu periodo de Presidencia hasta 2019.
Según tu valoración ¿cuáles fueron los principales objetivos de Primrose en su labor de Presidente?
GC: Como tú dices, cada momento y cada iniciativa fueron significativos. Ella acercó e incluso hizo sentirse italianos a guatemaltecos y extranjeros que vinieron a vivir en Guatemala. No regateó esfuerzos para que Italia pudiera lucir en Guatemala sus mejores galas en las fiestas nacionales, en los eventos culturales, en su misma casa, siempre abierta para reuniones de Junta, enseñantes, socios y amigos. Promovió a los artistas guatemaltecos del bel canto y de la pintura que todavía la recuerdan con gratitud. Fue cofundadora de la Asociación de Entidades Binacionales en Guatemala. Su larga Presidencia habla por sí misma del consenso que supo crear a su alrededor y de las respuestas positivas que tuvieron las iniciativas de las Juntas Directivas presididas por ella.
El principal objetivo de Primrose fue sin duda llenar el vacío de cultura e idioma italiano dejado por el cierre del Instituto Italiano en Guatemala, que atravesaba los tiempos difíciles de la guerra interna y de la incipiente democracia.
No fue un caso si recibió múltiples reconocimientos de la Sede Central de la Societá Dante Alighieri, del Gobierno italiano y del propio Gobierno de Guatemala, que le otorgó en 1999 la Medalla de la Paz.
A nivel personal, mi labor en la colaboración que pude prestar de corazón y por contagio de emociones (como una pandemia de amor a la cultura, a la Patria y al tricolor) en los diversos cargos y después como presidente, no ha tenido comparación con la de ella, aunque haya sido exitosa gracias a las Juntas Directivas y a tu acompañamiento en la parte académica.
EM: En efecto, Giovanni, yo pienso que, más allá de todo el dinamismo en las actividades culturales, el logro más importante de Primrose haya sido transmitir el amor para Italia y para el estilo de vida italiano, a través de una enseñanza del italiano inspiradora, exigente, con confianza en los estudiantes. Formó el primer núcleo de enseñantes de la Dante a partir de las mejores alumnas, y algunas de ellas siguen todavía hoy en el equipo docente de la Asociación, recordándola con gratitud y mucho cariño. Y todo eso lo hizo con dedicación y entrega desinteresada, rasgo este último que ha permanecido como ejemplo en la vida de la Dante.
¿Finalmente, cuál piensas que sea el legado más significativo dejado por Primrose en sus muchos años de presencia activa y de promoción de la cultura italiana en el país?
GC: Entre tantos logros, pienso que la herencia de Primrose sea su ejemplo de vida, que invita a seguir sus pasos y su visión, con el acercamiento a figuras significativas de la cultura guatemalteca y binacional, a personalidades del periodismo y de la promoción cultural, al incontable número de artistas y sin olvidar el área del buen vivir con su insuperable cocina italiana.
Su activismo, su entusiasmo, su generosidad, su carácter fuerte y a la vez dulce y sensible siguen siendo un ejemplo del clásico y original “essere italiano”.
Podemos entonces concluir nuestra conversación diciendo que la Societá Dante Alighieri ha seguido creciendo a lo largo de los años con el compromiso de muchos italianos y guatemaltecos que se han identificado con sus fines y contribuido con su propio estilo, pero la senda y la huella de Primrose están todavía vivas e imborrables, dentro y fuera de la Dante.