PATROCINADORES 43° EDICIÓN
DELEGACIÓN DE GUATEMALA DESTACA EN EL FORO PYMES 2025
CALENDARIO 2026 “VOCES DEL AGUA”
PATROCINADORES 43° EDICIÓN
DELEGACIÓN DE GUATEMALA DESTACA EN EL FORO PYMES 2025
CALENDARIO 2026 “VOCES DEL AGUA”

LOS CHAPINES DEL POLI

Invierno de 2006-7. En la San Carlos estábamos en plena actividad para un desafío épico: la puesta en escena de "Así es si les parece", una de las obras más conocidas de Luigi Pirandello, ¡con mis estudiantes del Calusac como actores! En los mismos días, en los escritorios del Instituto Italiano de Cultura, un volante del Politecnico de Torino, facultad de ingeniería, me llamó la atenciónn ofreciendo becas a estudiantes extranjeros para inscribirse en el curso de mecatrónica.

En aquel entonces los estudiantes extranjeros no eran muy numerosos en Torino, así decidí lanzar a un grupo de chapines como pioneros en la mecatrónica Made in Italy. Inmediatamente convoqué a todos mis aprendices ingenieros para comunicarles la buena nueva: !una aventura transoceánica apoyada por una beca de 10 mil euros! Requisito fundamental: 13 años de escolaridad y ganas de superarse. Se lo presenté como un fantástico regalo de navidad, acompañado por la pregunta fatídica: ¿Quién quería intentarlo? Horas y hasta días de reflexión para evaluar con la familia el peso del alejamiento, los años de U ya pasados, el costo del viaje, la incógnita de vivir solo en un ambiente cultural totalmente ajeno...  Del lado positivo:  la presencia y el apoyo de la profesora de italiano (la Canche), una aventura sin igual, beca suficiente para vivir decorosamente y, ojalá, la posibilidad de un futuro mejor.

Mi servicio bajo la dirección del MAECI terminaba a finales de agosto de 2007. En septiembre recuperé mi papel de profesora de francés en Torino; pocos días después llegaron los primeros aventureros. El boca a boca en la facultad inspiró a otros jóvenes, unos veinte, hombres y mujeres, que se atrevieron en esta aventura en los años siguientes. Algunos (casi la mitad) se fueron al final del primer año con el único éxito de unas largas vacaciones en Italia. De los demás, algunos se graduaron, otros no, pero igualmente siguen viviendo en Piamonte, donde consiguieron un trabajo en línea con su formación. Con unos de ellos sigue una linda amistad y solo cuando me anuncian su boda o la llegada de su primer bebé, me doy cuenta de que ya no son mis jovencitos del Calusac. 

Después de casi veinte años, decidí lanzar una entrevista. Alcancé a una mínima parte de los chapines del Poli, que agradezco por su colaboración y por haberme contado como esta experiencia les cambió la vida: Alejandro Cordón, Alejandro Ochoa, Luis Sagastume, Flavio Roca y Carol Bernal. 

Aquí van sus reflexiones, que le dan un sentido profundo a mi compromiso de docente.                                   


No fue fácil dejar a la familia y un lugar seguro, pero ganó el atractivo de explorar nuevas oportunidades, de superarse culturalmente y profesionalmente con el apoyo de una beca. La decisión fue mucho más fácil para Flavio, enamorado desde siempre de Italia y determinado a ser ingeniero. 

Los becados fueron destinados al curso de mecatrónica en dos sedes decentralizadas: Mondoví, en el sur del Piamonte, donde aterrizó Alejandro, que ya  había conocido Italia durante una beca de verano. Los  demás estudiaron en Verrès,  en las montañas de la Val d'Aosta, encantados por el paisaje, asustados por el estudio intenso y un método muy diferente. Para los primeros llegados, las relaciones sociales no fueron inmediatas por el número limitado de estudiantes extranjeros y la inicial frialdad de la gente de montaña, compensada por la alegría de estudiantes sicilianos y bareses. 

- Lo más dificil...: "Dejar atrás mi vida, mi familia, la muerte de mi padre estando yo aquí"; "reconstruir mi vida, lograr tener una estabilidad, adaptarme al método de estudio y comprender el sistema". 

- Lo más agradable...: "La familia que he construido desde que llegué"; "las personas que tuve a mi lado y que me ayudaron en tantos aspectos"; "sentirme completamente libre y seguro, ser yo mismo"; "la serenidad de poder estar en un ambiente sin amenazas, lejos de la criminalidad y la extrema pobreza"; "se me abrió un mundo nuevo donde las cosas funcionan"; "lo más agradable fue el lugar: vivíamos rodeados de montañas, con una vista espectacular".  

- Viendo para atrás, cómo juzgas tu experiencia? "Increíble, muy fructífera, la mejor experiencia que puede tener un joven a sus veintes"; "la haría mil veces"; "en 3 palabras: linda, difícil y enriquecedora"; "no es una experiencia para cualquiera, no todos tienen la facilidad de desenvolverse en otro país, en otro idioma y con una cultura completamente diferente, pero nunca me sentí fuera de sitio".

-  ¿En Italia te sientes un extranjero, un italiano o un dichoso ciudadano sin etiqueta nacional?: "En Italia me siento yo, pero es difícil para los italianos aceptar a un extranjero como parte integral de ellos"; "al inicio me sentía un extranjero, un turista que no lograba encontrar su lugar en esta sociedad, poco a poco me sentí cada vez más integrado hasta poder sentirme un poco italiano, un poco guatemalteco"; "las raíces quedan intactas hasta que no regresas y te das cuenta de que has cambiado, que te has empapado tanto de la otra cultura, que de alguna manera se ha vuelto tuya. Y al final, no eres ni de acà, ni de allà. Eres una persona enriquecida por ambas culturas. Siento que puedo decir que soy un dichoso ciudadano del mundo". 

Lucia Bonato

  • LOS CHAPINES DEL POLI

    Invierno de 2006-7. En la San Carlos estábamos en plena actividad para un desafío épico: la puesta en escena de "Así es si les parece", una de las obras más conocidas de Luigi Pirandello, ¡con mis estudiantes del Calusac como actores! En los mismos días, en los escritorios del Instituto Italiano de Cultura, un volante del Politecnico de Torino, facultad de ingeniería, me llamó la atenciónn ofreciendo becas a estudiantes extranjeros para inscribirse en el curso de mecatrónica.

    En aquel entonces los estudiantes extranjeros no eran muy numerosos en Torino, así decidí lanzar a un grupo de chapines como pioneros en la mecatrónica Made in Italy. Inmediatamente convoqué a todos mis aprendices ingenieros para comunicarles la buena nueva: !una aventura transoceánica apoyada por una beca de 10 mil euros! Requisito fundamental: 13 años de escolaridad y ganas de superarse. Se lo presenté como un fantástico regalo de navidad, acompañado por la pregunta fatídica: ¿Quién quería intentarlo? Horas y hasta días de reflexión para evaluar con la familia el peso del alejamiento, los años de U ya pasados, el costo del viaje, la incógnita de vivir solo en un ambiente cultural totalmente ajeno...  Del lado positivo:  la presencia y el apoyo de la profesora de italiano (la Canche), una aventura sin igual, beca suficiente para vivir decorosamente y, ojalá, la posibilidad de un futuro mejor.

    Mi servicio bajo la dirección del MAECI terminaba a finales de agosto de 2007. En septiembre recuperé mi papel de profesora de francés en Torino; pocos días después llegaron los primeros aventureros. El boca a boca en la facultad inspiró a otros jóvenes, unos veinte, hombres y mujeres, que se atrevieron en esta aventura en los años siguientes. Algunos (casi la mitad) se fueron al final del primer año con el único éxito de unas largas vacaciones en Italia. De los demás, algunos se graduaron, otros no, pero igualmente siguen viviendo en Piamonte, donde consiguieron un trabajo en línea con su formación. Con unos de ellos sigue una linda amistad y solo cuando me anuncian su boda o la llegada de su primer bebé, me doy cuenta de que ya no son mis jovencitos del Calusac. 

    Después de casi veinte años, decidí lanzar una entrevista. Alcancé a una mínima parte de los chapines del Poli, que agradezco por su colaboración y por haberme contado como esta experiencia les cambió la vida: Alejandro Cordón, Alejandro Ochoa, Luis Sagastume, Flavio Roca y Carol Bernal. 

    Aquí van sus reflexiones, que le dan un sentido profundo a mi compromiso de docente.                                   


    No fue fácil dejar a la familia y un lugar seguro, pero ganó el atractivo de explorar nuevas oportunidades, de superarse culturalmente y profesionalmente con el apoyo de una beca. La decisión fue mucho más fácil para Flavio, enamorado desde siempre de Italia y determinado a ser ingeniero. 

    Los becados fueron destinados al curso de mecatrónica en dos sedes decentralizadas: Mondoví, en el sur del Piamonte, donde aterrizó Alejandro, que ya  había conocido Italia durante una beca de verano. Los  demás estudiaron en Verrès,  en las montañas de la Val d'Aosta, encantados por el paisaje, asustados por el estudio intenso y un método muy diferente. Para los primeros llegados, las relaciones sociales no fueron inmediatas por el número limitado de estudiantes extranjeros y la inicial frialdad de la gente de montaña, compensada por la alegría de estudiantes sicilianos y bareses. 

    - Lo más dificil...: "Dejar atrás mi vida, mi familia, la muerte de mi padre estando yo aquí"; "reconstruir mi vida, lograr tener una estabilidad, adaptarme al método de estudio y comprender el sistema". 

    - Lo más agradable...: "La familia que he construido desde que llegué"; "las personas que tuve a mi lado y que me ayudaron en tantos aspectos"; "sentirme completamente libre y seguro, ser yo mismo"; "la serenidad de poder estar en un ambiente sin amenazas, lejos de la criminalidad y la extrema pobreza"; "se me abrió un mundo nuevo donde las cosas funcionan"; "lo más agradable fue el lugar: vivíamos rodeados de montañas, con una vista espectacular".  

    - Viendo para atrás, cómo juzgas tu experiencia? "Increíble, muy fructífera, la mejor experiencia que puede tener un joven a sus veintes"; "la haría mil veces"; "en 3 palabras: linda, difícil y enriquecedora"; "no es una experiencia para cualquiera, no todos tienen la facilidad de desenvolverse en otro país, en otro idioma y con una cultura completamente diferente, pero nunca me sentí fuera de sitio".

    -  ¿En Italia te sientes un extranjero, un italiano o un dichoso ciudadano sin etiqueta nacional?: "En Italia me siento yo, pero es difícil para los italianos aceptar a un extranjero como parte integral de ellos"; "al inicio me sentía un extranjero, un turista que no lograba encontrar su lugar en esta sociedad, poco a poco me sentí cada vez más integrado hasta poder sentirme un poco italiano, un poco guatemalteco"; "las raíces quedan intactas hasta que no regresas y te das cuenta de que has cambiado, que te has empapado tanto de la otra cultura, que de alguna manera se ha vuelto tuya. Y al final, no eres ni de acà, ni de allà. Eres una persona enriquecida por ambas culturas. Siento que puedo decir que soy un dichoso ciudadano del mundo". 

    Lucia Bonato