Tomar vino en nuestra región ha sido visto, durante muchos años, como símbolo de status, imagen o reservado solo para altos círculos de la sociedad. Al mismo tiempo, escuché muchas veces decir que es necesario “saber de vinos” para poder disfrutarlos y por eso no los beben; ¡nada más alejado de la realidad!
Esta necesidad de “conocer antes, para disfrutar después” se transmite con mayor fuerza cuando el idioma de donde provienen los vinos es ajeno al nuestro como sucede también con Alemania, Francia y otros países del medio y lejano oriente que producen vinos.
Durante casi 20 años he trabajado en la exportación y comercialización de vinos italianos en las Américas y llamó mi atención desde el inicio la sencillez y humildad de los productores, aún los originarios de zonas de gran prestigio y renombre internacional como Barolo en Piemonte, Amarone della Valpolicella en Veneto o el Brunello di Montalcino en Toscana.
En este espacio, “A Tavola con el Sommelier”, discutiremos temas relacionados al mundo del vino italiano: su gran diversidad de uvas, estilos, zonas de producción, microclimas, etc. con el objetivo de transmitir esa misma sencillez a un tema que, en apariencia, es difícil de aprender y dominar. Es totalmente cierto que aprender nombres y ubicar zonas como Prugnolo Gentile y Vino Nobile di Montepulciano DOCG no es fácil y toma tiempo, pero ello no implica que necesitemos memorizarlos para poder disfrutar un vino tinto, elegante y de buen cuerpo con un buen asado o que Glera y Conegliano Valdobbiadene Prosecco DOCG Cartizze debamos anotarlo en una libreta para poder
disfrutar un refrescante y delicioso vino espumoso que es la ideal apertura de cualquier reunión social.
De la misma manera que lo anterior es una realidad, también lo es el hecho que el conocimiento incrementará nuestro interés y afición por esta deliciosa bebida, de manera que conocer los aspectos básicos de ella aumentará aún más cada experiencia a su alrededor. He tenido oportunidad de realizar muchos cursos de especialización en el tema, tanto en escuelas sommelier de la industria como directamente con los productores en sus fincas y en todos los casos el destino es el mismo: disfrutar el vino sin complicaciones.
En esta edición me anticipo comentando que Italia es el protagonista estelar en la escena de vinos del mundo, generalmente disputando el primer lugar en estudios al respecto en categorías como: producción total, exportación, superficie plantada con viñedos y consumo total. Si a ello agregamos que la gastronomía italiana es una de las más exportadas del mundo, podemos decir que tanto en nuestra región como en casi cualquier país al que viajemos, encontraremos los vinos y comida italianos como parte de nuestra experiencia así que, ¿qué mejor que aprender un poco más de ellos? Exploraremos juntos entonces los aspectos básicos de los vinos italianos de ahora en adelante. La clave está en beberlo y disfrutarlo, comprendiendo sobre todo que es la compañía ideal en cualquier ocasión, desde una celebración especial hasta una copa durante la cena para cerrar bien un largo día laboral a mitad de la semana. Así que adoptemos con fuerza la frase: “la práctica hace al maestro”. Salute!
Tomar vino en nuestra región ha sido visto, durante muchos años, como símbolo de status, imagen o reservado solo para altos círculos de la sociedad. Al mismo tiempo, escuché muchas veces decir que es necesario “saber de vinos” para poder disfrutarlos y por eso no los beben; ¡nada más alejado de la realidad!
Esta necesidad de “conocer antes, para disfrutar después” se transmite con mayor fuerza cuando el idioma de donde provienen los vinos es ajeno al nuestro como sucede también con Alemania, Francia y otros países del medio y lejano oriente que producen vinos.
Durante casi 20 años he trabajado en la exportación y comercialización de vinos italianos en las Américas y llamó mi atención desde el inicio la sencillez y humildad de los productores, aún los originarios de zonas de gran prestigio y renombre internacional como Barolo en Piemonte, Amarone della Valpolicella en Veneto o el Brunello di Montalcino en Toscana.
En este espacio, “A Tavola con el Sommelier”, discutiremos temas relacionados al mundo del vino italiano: su gran diversidad de uvas, estilos, zonas de producción, microclimas, etc. con el objetivo de transmitir esa misma sencillez a un tema que, en apariencia, es difícil de aprender y dominar. Es totalmente cierto que aprender nombres y ubicar zonas como Prugnolo Gentile y Vino Nobile di Montepulciano DOCG no es fácil y toma tiempo, pero ello no implica que necesitemos memorizarlos para poder disfrutar un vino tinto, elegante y de buen cuerpo con un buen asado o que Glera y Conegliano Valdobbiadene Prosecco DOCG Cartizze debamos anotarlo en una libreta para poder
disfrutar un refrescante y delicioso vino espumoso que es la ideal apertura de cualquier reunión social.
De la misma manera que lo anterior es una realidad, también lo es el hecho que el conocimiento incrementará nuestro interés y afición por esta deliciosa bebida, de manera que conocer los aspectos básicos de ella aumentará aún más cada experiencia a su alrededor. He tenido oportunidad de realizar muchos cursos de especialización en el tema, tanto en escuelas sommelier de la industria como directamente con los productores en sus fincas y en todos los casos el destino es el mismo: disfrutar el vino sin complicaciones.
En esta edición me anticipo comentando que Italia es el protagonista estelar en la escena de vinos del mundo, generalmente disputando el primer lugar en estudios al respecto en categorías como: producción total, exportación, superficie plantada con viñedos y consumo total. Si a ello agregamos que la gastronomía italiana es una de las más exportadas del mundo, podemos decir que tanto en nuestra región como en casi cualquier país al que viajemos, encontraremos los vinos y comida italianos como parte de nuestra experiencia así que, ¿qué mejor que aprender un poco más de ellos? Exploraremos juntos entonces los aspectos básicos de los vinos italianos de ahora en adelante. La clave está en beberlo y disfrutarlo, comprendiendo sobre todo que es la compañía ideal en cualquier ocasión, desde una celebración especial hasta una copa durante la cena para cerrar bien un largo día laboral a mitad de la semana. Así que adoptemos con fuerza la frase: “la práctica hace al maestro”. Salute!