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EL DESACOPLAMIENTO ENTRE CRECIMIENTO Y CONSUMO ES LA CLAVE DE LA RECUPERACIÓN

El desacoplamiento entre el crecimiento del PIL y el uso y consumo de materias primas es la clave para el desarrollo económico italiano, en la perspectiva de una transición desde un contexto de economía linear hacia uno de economía circular. Es lo que señala él cuarto Informe del CEN (Circular Economy Network), cual pone de manifiesto la potencialidad de un empuje más decidido hacia la economía circular y los límites de un enfoque más tradicional, como él que está impidiendo la plena recuperación después de la pandemia de Covid-19. El informe destaca que la fuerte dependencia de las materias primas limitó el crecimiento económico en 2021, a pesar de un evidente rebote respecto al año anterior, con un incremento del PIL del 6,6 %. Un impulso consistente y tecnológicamente maduro en dirección de la economía circular hubiera podido crear un segundo, amplio mercado para las materias necesarias a la recuperación, limitando la magnitud de la actual crisis.

El problema del alza en los precios de las materias primas, junto a las dificultades y los atrasos en las fornituras, provocaron obstáculos importantes en la actividad de muchas empresas. Si estos problemas, por un lado, están ligados a la coyuntura – una fase de rápido crecimiento después de un periodo de crisis – por el otro también señalan una tendencia de fondo, que tiende a centrar el crecimiento en la demanda y el consumo crecientes de materias disponibles en cantidades limitadas.  Superado el momento más agudo de la pandemia, la economía global intentó reactivarse siguiendo la lógica lineal, lo cual llevó a inevitable acumulación de existencias. Esta espiral produjo un círculo vicioso entre la demanda insatisfecha y el aumento de nueva demanda, donde la misma falta de fornituras llevó a aumentar la demanda, haciendo cada vez más amplia la distancia entre oferta y demanda. Esta dinámica confirma como el desacoplamiento entre crecimiento y consumo, una de las bases del Green Deal lanzado por la Unión Europea, deba transformarse en un objetivo estratégico para los Gobiernos en el ámbito de programas de valorización de la economía circular. 

En la medición del nivel de economía circular en Italia, el Informe del CEN señala como punto más crítico la mencionada falta de desacoplamiento entre PIL y consumo de materiales. Sin embargo, en el contexto de la pandemia, nuestro país logró “limitar los daños” y los resultados de Italia en su conjunto parecen buenos si comparados a los de otros países. Un ejemplo positivo es la tasa de utilización circular de la materia, que se define como la relación entre el uso circular y el uso total: mientras el promedio europeo en el 2020 fue del 12,8%, en Italia este valor alcanzó el 21,6%, segundo únicamente al de Francia. Además, Italia ha estado registrando una tendencia de crecimiento prácticamente continua de esta tasa a partir del 2011. 

Otros indicadores italianos son, en cambio, bastante negativos, como el que se refiere a la relación entre desechos y consumo de materiales, el desgaste del suelo y la reparación de bienes. Entre los elementos principales en los que Italia podría apostar para reforzar su empuje hacia la economía circular, el informe señala la planificación ecológicamente compatible de los productos y la facilitación de la simbiosis industrial. 

Entre los consejos, la introducción de nuevas reglas para que los productos se vuelvan más circulares y eficientes del punto de vista energético durante su ciclo de vida completo; nuevas estrategias para que los productos textiles sean más duraderos, reparables y reciclables, para poder enfrentar el fast fashion, el problema de los desechos textiles y la destrucción de productos textiles no vendidos; regulación sobre los productos de construcción para volverlos más duraderos, reparables y reciclables; en general, mayor y más adecuada información a los consumidores. 

Al mismo tiempo, sería oportuno acelerar las reformas y las inversiones para la economía circular en Italia, garantizando la realización dentro de los tiempos previstos de los proyectos y las instalaciones para la economía circular y orientando decididamente hacia este tipo de economía los instrumentos de política industrial y las medidas en el ámbito de la investigación y la transferencia tecnológica. 

Matteo Cattaneo, en colaboración con Embajada de Italia

 


  • EL DESACOPLAMIENTO ENTRE CRECIMIENTO Y CONSUMO ES LA CLAVE DE LA RECUPERACIÓN

    El desacoplamiento entre el crecimiento del PIL y el uso y consumo de materias primas es la clave para el desarrollo económico italiano, en la perspectiva de una transición desde un contexto de economía linear hacia uno de economía circular. Es lo que señala él cuarto Informe del CEN (Circular Economy Network), cual pone de manifiesto la potencialidad de un empuje más decidido hacia la economía circular y los límites de un enfoque más tradicional, como él que está impidiendo la plena recuperación después de la pandemia de Covid-19. El informe destaca que la fuerte dependencia de las materias primas limitó el crecimiento económico en 2021, a pesar de un evidente rebote respecto al año anterior, con un incremento del PIL del 6,6 %. Un impulso consistente y tecnológicamente maduro en dirección de la economía circular hubiera podido crear un segundo, amplio mercado para las materias necesarias a la recuperación, limitando la magnitud de la actual crisis.

    El problema del alza en los precios de las materias primas, junto a las dificultades y los atrasos en las fornituras, provocaron obstáculos importantes en la actividad de muchas empresas. Si estos problemas, por un lado, están ligados a la coyuntura – una fase de rápido crecimiento después de un periodo de crisis – por el otro también señalan una tendencia de fondo, que tiende a centrar el crecimiento en la demanda y el consumo crecientes de materias disponibles en cantidades limitadas.  Superado el momento más agudo de la pandemia, la economía global intentó reactivarse siguiendo la lógica lineal, lo cual llevó a inevitable acumulación de existencias. Esta espiral produjo un círculo vicioso entre la demanda insatisfecha y el aumento de nueva demanda, donde la misma falta de fornituras llevó a aumentar la demanda, haciendo cada vez más amplia la distancia entre oferta y demanda. Esta dinámica confirma como el desacoplamiento entre crecimiento y consumo, una de las bases del Green Deal lanzado por la Unión Europea, deba transformarse en un objetivo estratégico para los Gobiernos en el ámbito de programas de valorización de la economía circular. 

    En la medición del nivel de economía circular en Italia, el Informe del CEN señala como punto más crítico la mencionada falta de desacoplamiento entre PIL y consumo de materiales. Sin embargo, en el contexto de la pandemia, nuestro país logró “limitar los daños” y los resultados de Italia en su conjunto parecen buenos si comparados a los de otros países. Un ejemplo positivo es la tasa de utilización circular de la materia, que se define como la relación entre el uso circular y el uso total: mientras el promedio europeo en el 2020 fue del 12,8%, en Italia este valor alcanzó el 21,6%, segundo únicamente al de Francia. Además, Italia ha estado registrando una tendencia de crecimiento prácticamente continua de esta tasa a partir del 2011. 

    Otros indicadores italianos son, en cambio, bastante negativos, como el que se refiere a la relación entre desechos y consumo de materiales, el desgaste del suelo y la reparación de bienes. Entre los elementos principales en los que Italia podría apostar para reforzar su empuje hacia la economía circular, el informe señala la planificación ecológicamente compatible de los productos y la facilitación de la simbiosis industrial. 

    Entre los consejos, la introducción de nuevas reglas para que los productos se vuelvan más circulares y eficientes del punto de vista energético durante su ciclo de vida completo; nuevas estrategias para que los productos textiles sean más duraderos, reparables y reciclables, para poder enfrentar el fast fashion, el problema de los desechos textiles y la destrucción de productos textiles no vendidos; regulación sobre los productos de construcción para volverlos más duraderos, reparables y reciclables; en general, mayor y más adecuada información a los consumidores. 

    Al mismo tiempo, sería oportuno acelerar las reformas y las inversiones para la economía circular en Italia, garantizando la realización dentro de los tiempos previstos de los proyectos y las instalaciones para la economía circular y orientando decididamente hacia este tipo de economía los instrumentos de política industrial y las medidas en el ámbito de la investigación y la transferencia tecnológica. 

    Matteo Cattaneo, en colaboración con Embajada de Italia