PATROCINADORES 43° EDICIÓN
DELEGACIÓN DE GUATEMALA DESTACA EN EL FORO PYMES 2025
CALENDARIO 2026 “VOCES DEL AGUA”
PATROCINADORES 43° EDICIÓN
DELEGACIÓN DE GUATEMALA DESTACA EN EL FORO PYMES 2025
CALENDARIO 2026 “VOCES DEL AGUA”

BAROLO

Barolo, en la región de Piemonte, al noroeste de Italia, es una de las Denominaciones de Origen más prestigiosas de ese país; algunos aseguran también que fue el primer vino en distinguirse del resto y por ello se asocia desde muchos años atrás como símbolo de grandeza en la escena internacional del vino: al punto de llamársele “El Rey de los Vinos y el Vino de los Reyes”.

Establecida en 1966 como DOC y promovida a DOCG, desde 1980 es una de tan solo 76 zonas que reciben esta distinción y tiene una muy pequeña extensión de menos de 2,000 hectáreas, repartidas en once diferentes municipios.  La zona fue reconocida como Sitio Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en Junio de 2014.  Puede producirse únicamente de la uva Nebbiolo y el vino debe pasar un largo proceso de añejamiento de al menos 38 meses.

Mucha de la fascinación por Barolo proviene de su complejidad aromática que combina aromas frutales, florales y terrosos, pero también del hecho que es un vino con muy largo potencial de guarda.  Esto permite degustarlo a lo largo de muchos años, expresando muchas variantes con ese paso del tiempo.  No debe extrañarnos que un Barolo de 20 años o más exprese notas de chocolate, tabaco, cuero o alquitrán.  Agreguemos a esto que en el paladar es un vino con buen cuerpo, taninos presentes, buena acidez y muy largo final; tenemos ante nosotros un gran vino generalmente.  De hecho, la mayoría de productores coinciden en que es “injusto” beber un Barolo antes que llegue a 8 ó 10 años, para darle tiempo de empezar a expresar parte de estos matices!

Barolo es también un vino que transmite mucho su “terroir” es decir el entorno y la interacción de clima-uva-suelo.  Muestra de ello es que en a partir de 2010 se han reconocido 181 “Menciones Geográficas Adjuntas” o “MGA” que delimitan pequeñas extensiones de tierra donde la uva Nebbiolo expresa diferentes cualidades.  Es un equivalente al término “CRU” que podemos encontrar en algunas famosas regiones de Francia y que es reservado solo para los mejores vinos.  Algunos de los MGA más reconocidos son:  Cannubi, Briccolina, Cerequio o Brunate.  En caso las uvas provengan de alguna de estas parcelas, estará claramente indicado en la etiqueta.  

Otro término que podríamos encontrar en la etiqueta es “Riserva”.  En este caso se refiere a un Barolo que ha tenido un añejamiento al menos de 62 meses, este periodo incluye tiempo en barricas de madera, así como también en botella.

En cuanto al maridaje, es un vino de carácter que combina bien con carnes rojas, también quesos maduros y carnes curadas.  Un maridaje muy particular es con otra de las especialidades del Piemonte:  Trufas!  En esta ocasión el dicho “nada mejor que un maridaje regional” aplica a la perfección.

“La Guerra del Barolo”. Cuando un vino ha sido prestigioso y reconocido durante mucho tiempo, ¿por qué querer cambiarlo?  Fue la pregunta que se hicieron muchos productores tradicionales ante la iniciativa de otros, mas jóvenes, de modificar algunos de los procesos en la producción de este vino en los años 80s.  Principalmente, proponían macerar el vino menos tiempo y añejarlo en barricas nuevas de Roble francés, reduciendo con ello el tiempo total en que el vino estaba “listo” para beberse.

La iniciativa fue mal recibida, tomada hasta como una falta de respeto a los productores históricos y hasta calificando el nuevo estilo como “falsos Barolos”, sin embargo, siguió su camino y por varios años se separó la industria entre los tradicionalistas y los modernistas.  Después de un agitado período y mostrando los modernistas que su vino era también interesante, se “aceptó” y, para nuestra suerte como consumidores, hoy en día podemos encontrar Barolos en ambos estilos.  La pregunta es:  ¿Cuál es tu preferido?

Salute!

Hermann Benfeldt


  • BAROLO

    Barolo, en la región de Piemonte, al noroeste de Italia, es una de las Denominaciones de Origen más prestigiosas de ese país; algunos aseguran también que fue el primer vino en distinguirse del resto y por ello se asocia desde muchos años atrás como símbolo de grandeza en la escena internacional del vino: al punto de llamársele “El Rey de los Vinos y el Vino de los Reyes”.

    Establecida en 1966 como DOC y promovida a DOCG, desde 1980 es una de tan solo 76 zonas que reciben esta distinción y tiene una muy pequeña extensión de menos de 2,000 hectáreas, repartidas en once diferentes municipios.  La zona fue reconocida como Sitio Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en Junio de 2014.  Puede producirse únicamente de la uva Nebbiolo y el vino debe pasar un largo proceso de añejamiento de al menos 38 meses.

    Mucha de la fascinación por Barolo proviene de su complejidad aromática que combina aromas frutales, florales y terrosos, pero también del hecho que es un vino con muy largo potencial de guarda.  Esto permite degustarlo a lo largo de muchos años, expresando muchas variantes con ese paso del tiempo.  No debe extrañarnos que un Barolo de 20 años o más exprese notas de chocolate, tabaco, cuero o alquitrán.  Agreguemos a esto que en el paladar es un vino con buen cuerpo, taninos presentes, buena acidez y muy largo final; tenemos ante nosotros un gran vino generalmente.  De hecho, la mayoría de productores coinciden en que es “injusto” beber un Barolo antes que llegue a 8 ó 10 años, para darle tiempo de empezar a expresar parte de estos matices!

    Barolo es también un vino que transmite mucho su “terroir” es decir el entorno y la interacción de clima-uva-suelo.  Muestra de ello es que en a partir de 2010 se han reconocido 181 “Menciones Geográficas Adjuntas” o “MGA” que delimitan pequeñas extensiones de tierra donde la uva Nebbiolo expresa diferentes cualidades.  Es un equivalente al término “CRU” que podemos encontrar en algunas famosas regiones de Francia y que es reservado solo para los mejores vinos.  Algunos de los MGA más reconocidos son:  Cannubi, Briccolina, Cerequio o Brunate.  En caso las uvas provengan de alguna de estas parcelas, estará claramente indicado en la etiqueta.  

    Otro término que podríamos encontrar en la etiqueta es “Riserva”.  En este caso se refiere a un Barolo que ha tenido un añejamiento al menos de 62 meses, este periodo incluye tiempo en barricas de madera, así como también en botella.

    En cuanto al maridaje, es un vino de carácter que combina bien con carnes rojas, también quesos maduros y carnes curadas.  Un maridaje muy particular es con otra de las especialidades del Piemonte:  Trufas!  En esta ocasión el dicho “nada mejor que un maridaje regional” aplica a la perfección.

    “La Guerra del Barolo”. Cuando un vino ha sido prestigioso y reconocido durante mucho tiempo, ¿por qué querer cambiarlo?  Fue la pregunta que se hicieron muchos productores tradicionales ante la iniciativa de otros, mas jóvenes, de modificar algunos de los procesos en la producción de este vino en los años 80s.  Principalmente, proponían macerar el vino menos tiempo y añejarlo en barricas nuevas de Roble francés, reduciendo con ello el tiempo total en que el vino estaba “listo” para beberse.

    La iniciativa fue mal recibida, tomada hasta como una falta de respeto a los productores históricos y hasta calificando el nuevo estilo como “falsos Barolos”, sin embargo, siguió su camino y por varios años se separó la industria entre los tradicionalistas y los modernistas.  Después de un agitado período y mostrando los modernistas que su vino era también interesante, se “aceptó” y, para nuestra suerte como consumidores, hoy en día podemos encontrar Barolos en ambos estilos.  La pregunta es:  ¿Cuál es tu preferido?

    Salute!

    Hermann Benfeldt