Realmente no he tenido nunca la oportunidad de escribir acerca de lo que ha sido mi experiencia de vida en Italia y ahora que me invitaron a hacerlo, es difícil poder decidir dónde empezar ya que como he dicho a mis amigos y parientes, siento como que he vivido dos vidas en una.
Fueron casi 21 años en Italia, precisamente en Florencia a la que ahora considero mi segunda casa y donde he tenido la posibilidad de realizarme y tener una experiencia de vida y profesional que nunca habría imaginado. Pero como toda fabula, creo que tengo que empezar un poco desde el inicio para comprender mi decisión de haber hecho un cambio radical y haber dado un salto tan grande.
Yo de niño y aún ya de adolescente tenía claro a lo que NO quería dedicarme que era la medicina (aversión a la sangre), la ingeniería (incapacidad a la matemática) y al deporte (negado al movimiento físico) por lo que no sabía cuál sería mi futuro. Era de esos niños que se pasaba el día dibujando en cualquier superficie que se le pasara delante con temas tan variados como aviones, naves espaciales, automóviles, pero había siempre un tema recurrente, que era el de dibujar figuras femeninas colocándoles vestidos y zapatos que me venían en mente. Bastante particular como tema y cuya génesis no podría establecer.
Pero claro, en un país como Guatemala, era un poco complicado encontrar una manera de canalizar mis habilidades y convertirla en una carrera o futuro en mi vida. Así que llegado el momento en el que tenía que escoger una carrera universitaria, me incliné por una que consideré creativa y dinámica, como la publicidad y el mercadeo. Fue así como dio inicio lo que yo llamo mi primera vida.
Finalizada la universidad, inicie a trabajar en lo que era mi campo, escalando poco a poco profesionalmente. No digo que no fuera satisfecho con el camino que estaba haciendo, pero creo que aun así, tenía la sensación de que no me sentía totalmente realizado porque después de todo esos años, cada vez que podía, me dedicaba a dibujar y diseñar siempre mi tema favorito, como eran vestidos, zapatos o accesorios varios. Así que un día, me alcé del escritorio en el que trabajaba, toqué la puerta del gerente de la empresa y simplemente dije que era el momento de tomar un camino distinto por lo que presenté mi carta de renuncia.
Empecé a investigar opciones en el extranjero ya que quería una experiencia internacional, pero sabía de antemano que Italia era el país que me ofrecía las mejores posibilidades en el mundo de la moda y sobre todo en el campo de accesorios que es donde quería enfocarme. No puedo negar que el miedo estuvo siempre presente y sobre todo porque no es fácil iniciar prácticamente de cero cuando tenía ya más de 30 años cumplidos, en un lugar nuevo y sin conocer a nadie.
Así es como más de 20 años atrás llegue a Milano a iniciar mi vida numero 2 con toda la incertidumbre y emoción que cabían en mis maletas. Escogí empezar allí mi experiencia haciendo un curso intensivo de Diseño de Modas en el Istituto Marangoni. Definitivamente no fue nada fácil para alguien que le gustaba diseñar pero que en la práctica no había pegado un solo botón en su vida. Creo que si algo puedo asegurar de mis primeros meses en Milano, es que fue sumamente difícil al inicio pero que por alguna razón, no recuerdo ni un solo momento en el que me haya arrepentido de mi decisión y de querer darme por vencido.
Mis planes eran realizar el curso de Diseño de Moda para luego especializarme en el campo del diseño de accesorios lo que me llevó a transferirme a Florencia. Allí logro el acceso al curso de Stilismo di Calzatura en la escuela Polimoda. Es aquí donde logro conocer los principios del diseño y patronaje de calzado, tendencias de la moda de accesorios, a comprender las calidades y diferencias en pieles y materiales y procesos de fabricación.
Recuerdo que previo a iniciar mis cursos, aun estando en Guatemala, tuve la posibilidad de ver un reportaje de una marca de moda italiana con la que me sentí muy identificado en cuanto a estilo, esta marca se llamaba Tod’s. Por lo que, al finalizar mis estudios, me preguntaron con qué empresa quisiera realizar mis prácticas, y fueron ellos el primer nombre que me vino en mente.
Fueron 6 meses de prácticas en los que tuve que hacer desde las cosas más sencillas como el de hacer fotocopias hasta el poder iniciar mis primeros proyectos de diseño. Al terminar este periodo, me ofrecieron mi primer contrato ya como diseñador siempre para la misma empresa, con lo que se podrán imaginar fue una de las satisfacciones más grandes que he tenido. Aun así, para mi es importante citar algo que me dijo la persona que luego se convertiría en mi jefa previo a firmar el contrato y que siempre me quedo grabado en la memoria: “Seguramente tienes capacidad para el diseño, es innegable, pero afuera hay también tantas personas con igual o mejor talento que el tuyo. Lo que me llevó a tomar la decisión de ofrecerte a ti una posición, fue tu deseo y disponibilidad de empezar desde abajo y de aprender, sin haber llegado aquí con pretensiones de ser ya un diseñador afirmado solo por el hecho de haber salido de una escuela de moda”. Definitivamente la puedo considerar una gran lección de vida.
Luego de dos años y medio, sentí que era necesario realizar un cambio por lo que acepté una posición de diseño de calzado en España no solo por completar mi experiencia en un nuevo campo si no también conocer una nueva realidad de trabajo. Creo que este fue un tiempo decisivo para mí que me llevo a comprender que el diseño de bolsos y accesorios era mi fuerte y donde quería centrar mis esfuerzos. Por lo que luego de 8 meses regreso a Florencia donde inmediatamente inicio como asistente del Head Designer de una marca histórica alemana llamada Etienne Aigner.
Creo que uno de los aspectos más fascinantes de la carrera de diseñador de accesorios es que se renueva cada temporada, lo que la hace dinámica y extremadamente creativa. Hay veces en los que he pensado que el cerebro es un músculo en que mientras más le exiges, más ideas produce. Otro aspecto importante es que haber tenido experiencia en el mercadeo, me permitió comprender que es necesario conocer al cliente de cada marca para la que se trabaja y saber cuáles son sus gustos y su mundo y para lo cual un bolso es el perfecto compañero. Luego de dos años, tuve la posibilidad de ascender a Head Designer o como llaman en Italia, capo stilista, lo que me permitió ser la persona que definía la tendencia de colores y materiales de cada temporada, el tema de la colección, la composición de cada línea y la parte más emocionante que fue la de crear los bolsos que participarían en los desfiles de moda de esta marca en Milano.
Luego de más de 5 años en Aigner, me ofrecieron la posibilidad de trabajar para una marca histórica florentina llamada Gherardini, propiedad de un grupo japonés. Es en esta empresa en la que logro alcanzar una meta profesional importante y un nuevo reto al ser nombrado Director Creativo de la marca, lo que incluía nuevos aspectos como el de manejar toda la imagen de marca, definir las campañas publicitarias de cada temporada, lanzamiento y presentación de las nuevas colecciones, etc. Un desafío profesional que me exigió incursionar en áreas completamente nuevas pero que al final me permitió aprender elementos de la moda que hasta ese momento para mi eran desconocidos.
Luego de 9 años, decido que es el momento de renovarme e iniciar un nuevo desafío profesional al ser contactado de parte de una marca siempre florentina, la que luego de ser adquirida por un importante grupo italiano, busca renovar tanto su marca como también su producto. La marca se llama The Bridge y el grupo propietario es Piquadro. La característica de este producto es que utiliza como materias primas, pieles procesadas utilizando únicamente taninos orgánicos que le dan el aspecto de cuero clásico con una transparencia y acabados espectaculares, pero que al mismo tiempo requieren estudios detallados para el diseño y la construcción final de la bolsa.
Creo que la sensación más satisfactoria que se logra después de todos estos años de trabajo y de resultados positivos, es la de ser considerado un diseñador completo donde respetan y aprecian las ideas y donde conceden la responsabilidad de decidir lo que será creado y producido de una colección y en los que al final de la temporada se obtienen resultados de crecimiento de ventas y una proyección de imagen moderna y actual.
Han sido más de 3 años fantásticos diseñando para la The Bridge que me permitieron cerrar un ciclo muy importante. Pero sobre todo haber logrado sentirme realizado no solo como persona sino también como profesional, que es uno de los objetivos principales en la vida. Y sobre todo que después de todos estos años, mi segunda vida es ya totalmente italiana. Ahora he vuelto a Guatemala, para compartir tiempo en familia y sobre todo poder realizar algún tipo de proyecto que me permita trabajar y contribuir en lo posible con la comunidad de artesanos de Guatemala, por lo que tratare de mantenerlos informados de lo que sucederá en este nuevo futuro.
Juan Carlos Pérez
Círculo literario. Sociedad Dante Alighieri. Guatemala
Realmente no he tenido nunca la oportunidad de escribir acerca de lo que ha sido mi experiencia de vida en Italia y ahora que me invitaron a hacerlo, es difícil poder decidir dónde empezar ya que como he dicho a mis amigos y parientes, siento como que he vivido dos vidas en una.
Fueron casi 21 años en Italia, precisamente en Florencia a la que ahora considero mi segunda casa y donde he tenido la posibilidad de realizarme y tener una experiencia de vida y profesional que nunca habría imaginado. Pero como toda fabula, creo que tengo que empezar un poco desde el inicio para comprender mi decisión de haber hecho un cambio radical y haber dado un salto tan grande.
Yo de niño y aún ya de adolescente tenía claro a lo que NO quería dedicarme que era la medicina (aversión a la sangre), la ingeniería (incapacidad a la matemática) y al deporte (negado al movimiento físico) por lo que no sabía cuál sería mi futuro. Era de esos niños que se pasaba el día dibujando en cualquier superficie que se le pasara delante con temas tan variados como aviones, naves espaciales, automóviles, pero había siempre un tema recurrente, que era el de dibujar figuras femeninas colocándoles vestidos y zapatos que me venían en mente. Bastante particular como tema y cuya génesis no podría establecer.
Pero claro, en un país como Guatemala, era un poco complicado encontrar una manera de canalizar mis habilidades y convertirla en una carrera o futuro en mi vida. Así que llegado el momento en el que tenía que escoger una carrera universitaria, me incliné por una que consideré creativa y dinámica, como la publicidad y el mercadeo. Fue así como dio inicio lo que yo llamo mi primera vida.
Finalizada la universidad, inicie a trabajar en lo que era mi campo, escalando poco a poco profesionalmente. No digo que no fuera satisfecho con el camino que estaba haciendo, pero creo que aun así, tenía la sensación de que no me sentía totalmente realizado porque después de todo esos años, cada vez que podía, me dedicaba a dibujar y diseñar siempre mi tema favorito, como eran vestidos, zapatos o accesorios varios. Así que un día, me alcé del escritorio en el que trabajaba, toqué la puerta del gerente de la empresa y simplemente dije que era el momento de tomar un camino distinto por lo que presenté mi carta de renuncia.
Empecé a investigar opciones en el extranjero ya que quería una experiencia internacional, pero sabía de antemano que Italia era el país que me ofrecía las mejores posibilidades en el mundo de la moda y sobre todo en el campo de accesorios que es donde quería enfocarme. No puedo negar que el miedo estuvo siempre presente y sobre todo porque no es fácil iniciar prácticamente de cero cuando tenía ya más de 30 años cumplidos, en un lugar nuevo y sin conocer a nadie.
Así es como más de 20 años atrás llegue a Milano a iniciar mi vida numero 2 con toda la incertidumbre y emoción que cabían en mis maletas. Escogí empezar allí mi experiencia haciendo un curso intensivo de Diseño de Modas en el Istituto Marangoni. Definitivamente no fue nada fácil para alguien que le gustaba diseñar pero que en la práctica no había pegado un solo botón en su vida. Creo que si algo puedo asegurar de mis primeros meses en Milano, es que fue sumamente difícil al inicio pero que por alguna razón, no recuerdo ni un solo momento en el que me haya arrepentido de mi decisión y de querer darme por vencido.
Mis planes eran realizar el curso de Diseño de Moda para luego especializarme en el campo del diseño de accesorios lo que me llevó a transferirme a Florencia. Allí logro el acceso al curso de Stilismo di Calzatura en la escuela Polimoda. Es aquí donde logro conocer los principios del diseño y patronaje de calzado, tendencias de la moda de accesorios, a comprender las calidades y diferencias en pieles y materiales y procesos de fabricación.
Recuerdo que previo a iniciar mis cursos, aun estando en Guatemala, tuve la posibilidad de ver un reportaje de una marca de moda italiana con la que me sentí muy identificado en cuanto a estilo, esta marca se llamaba Tod’s. Por lo que, al finalizar mis estudios, me preguntaron con qué empresa quisiera realizar mis prácticas, y fueron ellos el primer nombre que me vino en mente.
Fueron 6 meses de prácticas en los que tuve que hacer desde las cosas más sencillas como el de hacer fotocopias hasta el poder iniciar mis primeros proyectos de diseño. Al terminar este periodo, me ofrecieron mi primer contrato ya como diseñador siempre para la misma empresa, con lo que se podrán imaginar fue una de las satisfacciones más grandes que he tenido. Aun así, para mi es importante citar algo que me dijo la persona que luego se convertiría en mi jefa previo a firmar el contrato y que siempre me quedo grabado en la memoria: “Seguramente tienes capacidad para el diseño, es innegable, pero afuera hay también tantas personas con igual o mejor talento que el tuyo. Lo que me llevó a tomar la decisión de ofrecerte a ti una posición, fue tu deseo y disponibilidad de empezar desde abajo y de aprender, sin haber llegado aquí con pretensiones de ser ya un diseñador afirmado solo por el hecho de haber salido de una escuela de moda”. Definitivamente la puedo considerar una gran lección de vida.
Luego de dos años y medio, sentí que era necesario realizar un cambio por lo que acepté una posición de diseño de calzado en España no solo por completar mi experiencia en un nuevo campo si no también conocer una nueva realidad de trabajo. Creo que este fue un tiempo decisivo para mí que me llevo a comprender que el diseño de bolsos y accesorios era mi fuerte y donde quería centrar mis esfuerzos. Por lo que luego de 8 meses regreso a Florencia donde inmediatamente inicio como asistente del Head Designer de una marca histórica alemana llamada Etienne Aigner.
Creo que uno de los aspectos más fascinantes de la carrera de diseñador de accesorios es que se renueva cada temporada, lo que la hace dinámica y extremadamente creativa. Hay veces en los que he pensado que el cerebro es un músculo en que mientras más le exiges, más ideas produce. Otro aspecto importante es que haber tenido experiencia en el mercadeo, me permitió comprender que es necesario conocer al cliente de cada marca para la que se trabaja y saber cuáles son sus gustos y su mundo y para lo cual un bolso es el perfecto compañero. Luego de dos años, tuve la posibilidad de ascender a Head Designer o como llaman en Italia, capo stilista, lo que me permitió ser la persona que definía la tendencia de colores y materiales de cada temporada, el tema de la colección, la composición de cada línea y la parte más emocionante que fue la de crear los bolsos que participarían en los desfiles de moda de esta marca en Milano.
Luego de más de 5 años en Aigner, me ofrecieron la posibilidad de trabajar para una marca histórica florentina llamada Gherardini, propiedad de un grupo japonés. Es en esta empresa en la que logro alcanzar una meta profesional importante y un nuevo reto al ser nombrado Director Creativo de la marca, lo que incluía nuevos aspectos como el de manejar toda la imagen de marca, definir las campañas publicitarias de cada temporada, lanzamiento y presentación de las nuevas colecciones, etc. Un desafío profesional que me exigió incursionar en áreas completamente nuevas pero que al final me permitió aprender elementos de la moda que hasta ese momento para mi eran desconocidos.
Luego de 9 años, decido que es el momento de renovarme e iniciar un nuevo desafío profesional al ser contactado de parte de una marca siempre florentina, la que luego de ser adquirida por un importante grupo italiano, busca renovar tanto su marca como también su producto. La marca se llama The Bridge y el grupo propietario es Piquadro. La característica de este producto es que utiliza como materias primas, pieles procesadas utilizando únicamente taninos orgánicos que le dan el aspecto de cuero clásico con una transparencia y acabados espectaculares, pero que al mismo tiempo requieren estudios detallados para el diseño y la construcción final de la bolsa.
Creo que la sensación más satisfactoria que se logra después de todos estos años de trabajo y de resultados positivos, es la de ser considerado un diseñador completo donde respetan y aprecian las ideas y donde conceden la responsabilidad de decidir lo que será creado y producido de una colección y en los que al final de la temporada se obtienen resultados de crecimiento de ventas y una proyección de imagen moderna y actual.
Han sido más de 3 años fantásticos diseñando para la The Bridge que me permitieron cerrar un ciclo muy importante. Pero sobre todo haber logrado sentirme realizado no solo como persona sino también como profesional, que es uno de los objetivos principales en la vida. Y sobre todo que después de todos estos años, mi segunda vida es ya totalmente italiana. Ahora he vuelto a Guatemala, para compartir tiempo en familia y sobre todo poder realizar algún tipo de proyecto que me permita trabajar y contribuir en lo posible con la comunidad de artesanos de Guatemala, por lo que tratare de mantenerlos informados de lo que sucederá en este nuevo futuro.
Juan Carlos Pérez
Círculo literario. Sociedad Dante Alighieri. Guatemala