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La aventura de aprender la lengua italiana

Leer una obra en italiano, escrita por un autor italiano, era una gran ilusión, algo que me inquietaba tantísimo, pero para mí, un sueño muy lejano. Sin embargo, las cosas buenas suceden cuando menos lo esperamos… Afortunadamente un día, gracias a la información proporcionada por mi hija Gloria Marina, la Società Dante Alighieri me abrió sus puertas y penetré a un mundo nuevo y apasionante. 

Así como en la escuela primaria aprendí las primeras letras del idioma español, ahora recibía mis primeras lecciones de una de las más bellas lenguas del mundo; agregado a ello, con la mejor profesora que pude tener, Eleonora Meneghetti.

Guiada por ella, hice diversas y muy interesantes lecturas.  Conocí algo de poesía italiana, autores como Giacomo Leopardi, Gianni Rodari, Luigi Pirandello entre otros. Y aunque en mis estudios de cultura general leí del gran poeta Dante Alighieri, padre de la lengua italiana, escuchar su historia en la voz de una italiana, leer su obra en el idioma en el que fue escrito originalmente, ha sido una experiencia maravillosamente enriquecedora.

Años atrás, me había deleitado de manera especial el contenido en español del famoso libro “El Principito”, del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, con el cual me identifico plenamente y al que me unen fuertes lazos afectivos.  Jamás imaginé que un día, tendría entre mis manos esta magnífica obra en italiano…pero fue así como también mi hija Gloria Marina, sabiendo de mi gran interés y afecto por el idioma, me sorprendió con este hermoso obsequio. Leerla en mi lengua más querida después de la materna, fue una victoria, una emoción indescriptible, un gran alimento para mi espíritu.  

Pero aprender el italiano no se circunscribe a usar bien la gramática, el vocabulario, la redacción o la pronunciación, es más que eso: es saborear la literatura, disfrutar del encuentro con una singular cultura, el arte, la gastronomía, la historia y sus encantadoras tradiciones.  Por todo ello, este es el idioma que se aprende por placer y no por deber. 

Dar un paso dentro de las aulas de la Dante, como cariñosamente llamo a este centro educativo, fue algo mágico que me permitió en parte, cumplir un anhelo, digo en parte, ¡porque me queda mucho por aprender en todos los aspectos! Como practicar tanto la conversación, para hablar el idioma fluidamente y por supuesto, poder caminar sobre las calles de Italia, cuna de la civilización occidental, tierra querida, patria de mis ancestros.

Rebeca Noriega Cualio 

Círculo literario Sociedad Dante Alighieri

  • La aventura de aprender la lengua italiana

    Leer una obra en italiano, escrita por un autor italiano, era una gran ilusión, algo que me inquietaba tantísimo, pero para mí, un sueño muy lejano. Sin embargo, las cosas buenas suceden cuando menos lo esperamos… Afortunadamente un día, gracias a la información proporcionada por mi hija Gloria Marina, la Società Dante Alighieri me abrió sus puertas y penetré a un mundo nuevo y apasionante. 

    Así como en la escuela primaria aprendí las primeras letras del idioma español, ahora recibía mis primeras lecciones de una de las más bellas lenguas del mundo; agregado a ello, con la mejor profesora que pude tener, Eleonora Meneghetti.

    Guiada por ella, hice diversas y muy interesantes lecturas.  Conocí algo de poesía italiana, autores como Giacomo Leopardi, Gianni Rodari, Luigi Pirandello entre otros. Y aunque en mis estudios de cultura general leí del gran poeta Dante Alighieri, padre de la lengua italiana, escuchar su historia en la voz de una italiana, leer su obra en el idioma en el que fue escrito originalmente, ha sido una experiencia maravillosamente enriquecedora.

    Años atrás, me había deleitado de manera especial el contenido en español del famoso libro “El Principito”, del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, con el cual me identifico plenamente y al que me unen fuertes lazos afectivos.  Jamás imaginé que un día, tendría entre mis manos esta magnífica obra en italiano…pero fue así como también mi hija Gloria Marina, sabiendo de mi gran interés y afecto por el idioma, me sorprendió con este hermoso obsequio. Leerla en mi lengua más querida después de la materna, fue una victoria, una emoción indescriptible, un gran alimento para mi espíritu.  

    Pero aprender el italiano no se circunscribe a usar bien la gramática, el vocabulario, la redacción o la pronunciación, es más que eso: es saborear la literatura, disfrutar del encuentro con una singular cultura, el arte, la gastronomía, la historia y sus encantadoras tradiciones.  Por todo ello, este es el idioma que se aprende por placer y no por deber. 

    Dar un paso dentro de las aulas de la Dante, como cariñosamente llamo a este centro educativo, fue algo mágico que me permitió en parte, cumplir un anhelo, digo en parte, ¡porque me queda mucho por aprender en todos los aspectos! Como practicar tanto la conversación, para hablar el idioma fluidamente y por supuesto, poder caminar sobre las calles de Italia, cuna de la civilización occidental, tierra querida, patria de mis ancestros.

    Rebeca Noriega Cualio 

    Círculo literario Sociedad Dante Alighieri