Sin duda, slow movement hubiera sido un título más atractivo. Pero no. Lento es una filosofía, una postura mental antes que física, que quiere privilegiar el sabor de las cosas de la vida, aprendiendo a disfrutar todas las experiencias, emocionales y físicas, desde la amistad hasta la alimentación, pasando por el pensamiento, la reflexión, el contacto, el placer del hic et nunc. Es una filosofia que se opone al imperio del click, traducción operativa del movimiento fast. El fast es por definición efímero y lábil; a favor de la inmediatez sacrificamos a menudo valores éticos básicos como la confianza mutua, la honestidad, el valor del trabajo bien hecho. No se confunda esto con una invitación a la pereza. ¡No! El asunto es preguntarnos lo que nos queda de un universo que agredimos y digerimos en un flash, sin apreciar sabores, cultivar relaciones sociales, soñar. La moda también se ha vuelto fast, pisoteando la ética ambiental. “Produzione lenta”, una start up de moda sostenible nacida en 2016, es una de las respuestas a la fast fashion; su propuesta es una línea esencial de ecofashion. De hecho, en Italia la filosofía lenta tiene su traducción en una miríada de empresas artesanales que operan en varios ámbitos, con una atención especial al origen de las materias primas, a la justa remuneración de los productores, a la cadena corta de suministro.
El slow impera en el food que, para los italianos, no es solo algo para silenciar el hambre o deleitarse con alimentos no propiamente sanos aunque, lo confieso, muy atractivos. En Italia el food es socialidad, cultura, tradición, tiempo compartido con la familia y los amigos, charlas, risas, convivialidad. No es una pérdita de tiempo, ni un ejercicio de pereza nacional, sino una prueba del valor que se da a las relaciones sociales y a un trabajo que concluye una larga supply chain en la cual el placer de cocinar es una parte importante.
Hace años, el señor Carlo Petrini, Carlìn para los amigos, tuvo la idea genial de lanzar la marca “Slow food”. “Slow Food es un movimiento cultural internacional que opera bajo la forma de una asociación sin fines de lucro, nacida en Italia, en Bra [provincia de Cuneo, sur-oeste de Piamonte], en 1986, [...] dirigida por un Comité Ejecutivo que trabaja globalmente, involucrando a millones de personas en más de 160 países. Slow Food también opera en el campo de la educación a través de la creación de la editorial Slow Food Editore y el "Máster en Cultura Alimentaria y Turismo Sostenible" de Slow Food en la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo.” (https://it.wikipedia.org/wiki/Slow_Food) Slow Food sostiene la necesidad de una alimentación limpia, justa y solidaria a través de cientos de centros y comunidades en el mundo.
Su objetivo se concreta también en la organización de algunas de las más importantes ferias dedicadas a la alimentación, entre las cuales destaca el «Salón del Gusto» que tiene lugar en Turín (22-26.9.2022). “Terra Madre”, que es parte del Salón, es uno de los proyectos más importantes de Slow Food: un encuentro mundial de comunidades alimentarias para sostener el derecho a una alimentación mejor, más limpia y más justa.
¡Este año, “Amigos de Italia” participa en el evento en Turín con el proyecto de los Maestros chocolateros de Xela!
Lucia Bonato
Sin duda, slow movement hubiera sido un título más atractivo. Pero no. Lento es una filosofía, una postura mental antes que física, que quiere privilegiar el sabor de las cosas de la vida, aprendiendo a disfrutar todas las experiencias, emocionales y físicas, desde la amistad hasta la alimentación, pasando por el pensamiento, la reflexión, el contacto, el placer del hic et nunc. Es una filosofia que se opone al imperio del click, traducción operativa del movimiento fast. El fast es por definición efímero y lábil; a favor de la inmediatez sacrificamos a menudo valores éticos básicos como la confianza mutua, la honestidad, el valor del trabajo bien hecho. No se confunda esto con una invitación a la pereza. ¡No! El asunto es preguntarnos lo que nos queda de un universo que agredimos y digerimos en un flash, sin apreciar sabores, cultivar relaciones sociales, soñar. La moda también se ha vuelto fast, pisoteando la ética ambiental. “Produzione lenta”, una start up de moda sostenible nacida en 2016, es una de las respuestas a la fast fashion; su propuesta es una línea esencial de ecofashion. De hecho, en Italia la filosofía lenta tiene su traducción en una miríada de empresas artesanales que operan en varios ámbitos, con una atención especial al origen de las materias primas, a la justa remuneración de los productores, a la cadena corta de suministro.
El slow impera en el food que, para los italianos, no es solo algo para silenciar el hambre o deleitarse con alimentos no propiamente sanos aunque, lo confieso, muy atractivos. En Italia el food es socialidad, cultura, tradición, tiempo compartido con la familia y los amigos, charlas, risas, convivialidad. No es una pérdita de tiempo, ni un ejercicio de pereza nacional, sino una prueba del valor que se da a las relaciones sociales y a un trabajo que concluye una larga supply chain en la cual el placer de cocinar es una parte importante.
Hace años, el señor Carlo Petrini, Carlìn para los amigos, tuvo la idea genial de lanzar la marca “Slow food”. “Slow Food es un movimiento cultural internacional que opera bajo la forma de una asociación sin fines de lucro, nacida en Italia, en Bra [provincia de Cuneo, sur-oeste de Piamonte], en 1986, [...] dirigida por un Comité Ejecutivo que trabaja globalmente, involucrando a millones de personas en más de 160 países. Slow Food también opera en el campo de la educación a través de la creación de la editorial Slow Food Editore y el "Máster en Cultura Alimentaria y Turismo Sostenible" de Slow Food en la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo.” (https://it.wikipedia.org/wiki/Slow_Food) Slow Food sostiene la necesidad de una alimentación limpia, justa y solidaria a través de cientos de centros y comunidades en el mundo.
Su objetivo se concreta también en la organización de algunas de las más importantes ferias dedicadas a la alimentación, entre las cuales destaca el «Salón del Gusto» que tiene lugar en Turín (22-26.9.2022). “Terra Madre”, que es parte del Salón, es uno de los proyectos más importantes de Slow Food: un encuentro mundial de comunidades alimentarias para sostener el derecho a una alimentación mejor, más limpia y más justa.
¡Este año, “Amigos de Italia” participa en el evento en Turín con el proyecto de los Maestros chocolateros de Xela!
Lucia Bonato