ESTRATEGIAS PARA EL MANEJO ECOSOSTENIBLE DE LOS DESECHOS SÓLIDOS

Es imposible no producir residuos. Toda actividad productiva, en sus procesos de trabajo, toda familia en sus actividades diarias, en definitiva, cada uno de nosotros, produce residuos. Por lo tanto, es en este axioma en el que debe basarse una política adecuada de gestión de residuos: una gestión respetuosa con el medio ambiente y sostenible, especialmente en términos económicos.

En Europa, a pesar de que desde hace años se aplican políticas de reducción de residuos, la cantidad de residuos producidos anualmente por habitante puede estimarse en más de 500 kg. No obstante, las acciones dirigidas a la clasificación y el reciclaje de residuos han garantizado una importante reducción de la fracción de residuos que se deposita en los vertederos.

Así pues, los conceptos en los que se basa la llamada "economía circular" empiezan a dar los resultados esperados. Este "nuevo" modelo económico, como es sabido, se basa en un sistema que, al garantizar la eco sostenibilidad de los procesos de producción y consumo, tiende a sustituir el paradigma "producir-usar-tirar" por un proceso virtuoso en el que la recuperación de materiales (las llamadas materias primas secundarias) y la valorización energética están en el centro de los procesos mencionados; con la eliminación, a veces inevitable, reducida al mínimo.

Ya en 2015, la Comisión Europea preparó medidas legislativas y reglamentarias para animar a las numerosas partes interesadas a adaptarse a este nuevo modelo de desarrollo, sabiendo que los recursos naturales no son infinitos, en la mayoría de los casos no son baratos y que los residuos de los procesos de producción tendrán costes de eliminación cada vez más elevados, si se quiere salvaguardar los numerosos aspectos medioambientales sobre los que inciden.

En la región centroamericana, según los datos disponibles, pero no actualizados, se genera un promedio de 20.000 toneladas/día de residuos sólidos y aunque algunos las leyes y reglamentos de algunos prevén la disposición final en vertederos controlados, la mayoría de los residuos se siguen depositando a cielo abierto, sin ningún tipo de control o seguimiento ambiental, en muy malas condiciones higiénicas y sanitarias, especialmente para los que trabajan allí.

Según el Waste-Atlas publicado en 2014, por ejemplo, el vertedero ubicado en la zona 3 de Ciudad de Guatemala figura entre los 50 más grandes del mundo y entre los 13 de América Latina; con una superficie de aproximadamente 20 Ha. Cada año se entrega una media de 300.000 toneladas de residuos domésticos, comerciales, industriales y hospitalarios. Se calcula que desde su creación en 1966 se han acumulado entre 6,3 y 9 millones de toneladas de residuos, lo que ha generado unos 2.000 empleos "informales". Estos trabajadores, los "guajeros", separan los distintos tipos de residuos y se ganan la vida vendiéndolos. Realizan actividades de reciclaje, pero trabajan en condiciones extremadamente precarias en cuanto a seguridad, salud e higiene.

Dicho esto, es de esperar que en Centroamérica y en Guatemala en particular, a todos los niveles, desde la industria hasta los pequeños artesanos y los hogares individuales, se comience a promover no sólo la clasificación de los residuos sólidos producidos en las áreas urbanas y la recuperación de las distintas fracciones (orgánicas, plásticas y metálicas), sino también la identificación y difusión en las cadenas productivas, como el sector agroalimentario, de procesos adecuados y eficientes que permitan las acciones virtuosas mencionadas.

Es hora de replantear, a todos los niveles, los procesos de producción y el consumo de bienes en el mercado económico actual, cada vez más globalizado. Debemos comprometernos todos, cada uno según sus competencias y responsabilidades; debemos tomar conciencia de que el crecimiento y el consumo no están necesariamente relacionados de forma directa o, si lo están, no en formas y términos cuyos costes para la sociedad y el ecosistema en su conjunto se han vuelto insostenibles. Hay que invertir en procesos destinados a producir combustibles para reducir el consumo de combustibles fósiles o aprovechar tipos de residuos que hoy en día representan en muchos casos verdaderas emergencias, como la eliminación y/o reutilización de fracciones orgánicas, que no siempre pueden utilizarse para producir compost de calidad; un producto que en cualquier caso tiene un bajo valor comercial y es difícil de utilizar a gran escala.

Los conceptos de reutilización, reciclaje y recuperación de productos que a su vez pueden ser "materiales" para otros procesos deben ser difundidos y compartidos, y deben ser las piedras angulares en las que se basen estos nuevos modelos de desarrollo, que también podrían constituir nuevas oportunidades de empleo, si van acompañados de medidas legislativas y reglamentarias que los apoyen efectivamente.

Es preciso investigar e invertir en técnicas innovadoras con una atractiva relación beneficio/coste que podrían hacer importantes contribuciones a este deseable nuevo modelo económico.

En este sentido, el evento del 28 de abril, dedicado a la gestión eco sostenible de los residuos, pretende promover la comparación con el sistema de empresas públicas y privadas de Guatemala a través de las experiencias adquiridas en este complejo tema.

Estamos seguros de que el intercambio de información, necesidades y conocimientos de procesos puede representar un momento de crecimiento sinérgico para Guatemala y nuestro país.


Mario Rainone

Coordinatore sezione Innovazione 

Piattaforma MadeinItaly.GT

Enlace de inscripción al evento: https://forms.gle/NVPftvcSQfZBioCu8



ESTRATEGIAS PARA EL MANEJO ECOSOSTENIBLE DE LOS DESECHOS SÓLIDOS

Es imposible no producir residuos. Toda actividad productiva, en sus procesos de trabajo, toda familia en sus actividades diarias, en definitiva, cada uno de nosotros, produce residuos. Por lo tanto, es en este axioma en el que debe basarse una política adecuada de gestión de residuos: una gestión respetuosa con el medio ambiente y sostenible, especialmente en términos económicos.

En Europa, a pesar de que desde hace años se aplican políticas de reducción de residuos, la cantidad de residuos producidos anualmente por habitante puede estimarse en más de 500 kg. No obstante, las acciones dirigidas a la clasificación y el reciclaje de residuos han garantizado una importante reducción de la fracción de residuos que se deposita en los vertederos.

Así pues, los conceptos en los que se basa la llamada "economía circular" empiezan a dar los resultados esperados. Este "nuevo" modelo económico, como es sabido, se basa en un sistema que, al garantizar la eco sostenibilidad de los procesos de producción y consumo, tiende a sustituir el paradigma "producir-usar-tirar" por un proceso virtuoso en el que la recuperación de materiales (las llamadas materias primas secundarias) y la valorización energética están en el centro de los procesos mencionados; con la eliminación, a veces inevitable, reducida al mínimo.

Ya en 2015, la Comisión Europea preparó medidas legislativas y reglamentarias para animar a las numerosas partes interesadas a adaptarse a este nuevo modelo de desarrollo, sabiendo que los recursos naturales no son infinitos, en la mayoría de los casos no son baratos y que los residuos de los procesos de producción tendrán costes de eliminación cada vez más elevados, si se quiere salvaguardar los numerosos aspectos medioambientales sobre los que inciden.

En la región centroamericana, según los datos disponibles, pero no actualizados, se genera un promedio de 20.000 toneladas/día de residuos sólidos y aunque algunos las leyes y reglamentos de algunos prevén la disposición final en vertederos controlados, la mayoría de los residuos se siguen depositando a cielo abierto, sin ningún tipo de control o seguimiento ambiental, en muy malas condiciones higiénicas y sanitarias, especialmente para los que trabajan allí.

Según el Waste-Atlas publicado en 2014, por ejemplo, el vertedero ubicado en la zona 3 de Ciudad de Guatemala figura entre los 50 más grandes del mundo y entre los 13 de América Latina; con una superficie de aproximadamente 20 Ha. Cada año se entrega una media de 300.000 toneladas de residuos domésticos, comerciales, industriales y hospitalarios. Se calcula que desde su creación en 1966 se han acumulado entre 6,3 y 9 millones de toneladas de residuos, lo que ha generado unos 2.000 empleos "informales". Estos trabajadores, los "guajeros", separan los distintos tipos de residuos y se ganan la vida vendiéndolos. Realizan actividades de reciclaje, pero trabajan en condiciones extremadamente precarias en cuanto a seguridad, salud e higiene.

Dicho esto, es de esperar que en Centroamérica y en Guatemala en particular, a todos los niveles, desde la industria hasta los pequeños artesanos y los hogares individuales, se comience a promover no sólo la clasificación de los residuos sólidos producidos en las áreas urbanas y la recuperación de las distintas fracciones (orgánicas, plásticas y metálicas), sino también la identificación y difusión en las cadenas productivas, como el sector agroalimentario, de procesos adecuados y eficientes que permitan las acciones virtuosas mencionadas.

Es hora de replantear, a todos los niveles, los procesos de producción y el consumo de bienes en el mercado económico actual, cada vez más globalizado. Debemos comprometernos todos, cada uno según sus competencias y responsabilidades; debemos tomar conciencia de que el crecimiento y el consumo no están necesariamente relacionados de forma directa o, si lo están, no en formas y términos cuyos costes para la sociedad y el ecosistema en su conjunto se han vuelto insostenibles. Hay que invertir en procesos destinados a producir combustibles para reducir el consumo de combustibles fósiles o aprovechar tipos de residuos que hoy en día representan en muchos casos verdaderas emergencias, como la eliminación y/o reutilización de fracciones orgánicas, que no siempre pueden utilizarse para producir compost de calidad; un producto que en cualquier caso tiene un bajo valor comercial y es difícil de utilizar a gran escala.

Los conceptos de reutilización, reciclaje y recuperación de productos que a su vez pueden ser "materiales" para otros procesos deben ser difundidos y compartidos, y deben ser las piedras angulares en las que se basen estos nuevos modelos de desarrollo, que también podrían constituir nuevas oportunidades de empleo, si van acompañados de medidas legislativas y reglamentarias que los apoyen efectivamente.

Es preciso investigar e invertir en técnicas innovadoras con una atractiva relación beneficio/coste que podrían hacer importantes contribuciones a este deseable nuevo modelo económico.

En este sentido, el evento del 28 de abril, dedicado a la gestión eco sostenible de los residuos, pretende promover la comparación con el sistema de empresas públicas y privadas de Guatemala a través de las experiencias adquiridas en este complejo tema.

Estamos seguros de que el intercambio de información, necesidades y conocimientos de procesos puede representar un momento de crecimiento sinérgico para Guatemala y nuestro país.


Mario Rainone

Coordinatore sezione Innovazione 

Piattaforma MadeinItaly.GT

Enlace de inscripción al evento: https://forms.gle/NVPftvcSQfZBioCu8